La Copa del Mundo de 1974 se celebró en Alemania. Un mundial que contradice a
la frase "la historia la escriben los que ganan" porque hoy recordamos mucho
más al subcampeón, a Holanda, aquella "naranja mecánica". Un partido en el
grupo B que no pasó a la historia por el juego, el resultado o aquel gol tan
bonito si no por una situación disparatada.
Brasil jugó contra Zaire. Brasil debía ganar sí o sí para clasificarse ante la
siguiente ronda. En los últimos momentos del partido Brasil tenía un tiro a
favor. De repente, un pateo hacia cualquier parte, una situación extraña,
tarjeta amarilla, abucheos y muchas risas.
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La Copa del Mundo de 1974 se celebró en Alemania. Un mundial que contradice a
la frase "la historia la escriben los que ganan" porque hoy recordamos mucho
más al subcampeón, a Holanda, aquella "naranja mecánica". Un partido en el
grupo B que no pasó a la historia por el juego, el resultado o aquel gol tan
bonito si no por una situación disparatada.
Brasil jugó contra Zaire. Brasil debía ganar sí o sí para clasificarse ante la
siguiente ronda. En los últimos momentos del partido Brasil tenía un tiro a
favor. De repente, un pateo hacia cualquier parte, una situación extraña,
tarjeta amarilla, abucheos y muchas risas.
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