A mediados de los años 50 el editor Francisco Paco Porrúa leyó acerca de Ray Bradbury y se dispuso a leer también sus Crónicas marcianas. Tan fascinado quedó que decidió armar el sello Minotauro y pedirle Borges un prólogo para la edición en castellano. A partir de 1955 Minotauro se convirtió en difusora de la mejor ciencia ficción, entre ella los títulos de Bradbury que marcarían a fuego a varias generaciones de lectores. A cien años del nacimiento de Bradbury se relanza Minotauro en castellano. los textos que acompañan la edición de Esenciales de las Crónicas marcianas: el prólogo de Borges, una presentación del propio Bradbury y un texto del escritor de ciencia ficción John Scalzi.
