Editorial
Mr. President Javier Milei llega boqueando a la foto del pacto político que necesita para oxigenar su gestión, que ya se presenta un tanto deslucida. Debió correr la fecha y lugar originales. Fiel a su estilo, será una puesta en escena, que sin embargo, no llega a ocultar el engaño: el pacto no es tal, ya que los gobernadores que confirmaron su presencia lo hicieron bajo aprietes y amenazas explícitas de la Primera Hermana. Así, el pacto nacerá muerto.
El resultado buscado por la política de Estanflación que anticipó Mr. President obtuvo su premio con el aumento del desempleo que impacta en el sector público y en el sector privado. Esto, a su vez empuja el desplome de las Pymes y de la industria, la caída del consumo interno en todos los rubros, con acento en alimentos, medicamentos, servicios, y artículos de primera necesidad, y con el incremento de la pobreza y de la indigencia.
Son logros de esta política económica, que van de la mano del andamiaje que pretende legalizar la criminalización de la protesta y el disciplinamiento social. A eso apuntan el proyecto de la baja de la edad de imputabilidad a jóvenes de 13 años de edad, y las facilidades para ejercitar la práctica del gatillo fácil, o gatillo felíz, como lo denominó su instigadora, la Ministra Patricia Bullrich.
Es un gobierno que, en lo ideológico, lleva la bandera negacionista: Desconoce el Sistema Internacional de Derechos Humanos, la política de Memoria Verdad y Justicia, repudia la Justicia Social, y es contrario a los Derechos y las garantías constitucionales. Y que, en lo económico, es cipayo y neocolonialista, promueve la financiarización, concentración, reprimarización, y extranjerización de la economía.
Si acumula el descontento entre los sectores afectados, también se observan fisuras entre los empresarios que no han obtenido los beneficios que esperaban de la fuerte inversión que realizaron para sostener las iniciativas de Mr. President en las cámaras del Congreso de la Nacion.
A esto, se suman las peleas entre Bullrich y Mauricio Macri por el sello PRO, frente a la urgente necesidad de Mr. Presidente por engordar una fuerza propia.
Corso y Ricorsi enseña la historia. El clima de crueldad que promueve Mr. President recuerda a ciertos ejemplos de histrionismo nazifascistoide europeo, o a grotescos dictadorzuelos bananeros como Fulgencio Batista, o Tacho Zomoza, y a las pseudodemocracias del pasado reciente, como el Brasil de Bolsonaro, o la Bolivia de la "Aria" Yanine Añez.
Como todos aquellos personajes pudieron comprobar, cuando se llega al punto de saturación de la paciencia del pueblo, los palos no alcanzan para detener la bronca, y emergen, de una forma u otra, los líderes populares, que son aquellos que escuchan las demandas de sus pueblos por mas participación, fortalecimiento de la comunidad organizada y por gobiernos donde los elegidos cumplan fielmente el mandato popular. Sin dudas, Solo el pueblo, salvará al pueblo.