Observás como enseña a hacer tempura una cocinera japonesa en un documental, sentís la ciudad colapsada. Mirar una cosa y pensar en otra, quizás en eso consista la escritura o el poema que comienza a escribirse a espaldas del mundo al mejor estilo de un buen ladrón de gallinero. Es de noche y no llueve, no llueve por una vez en esta ciudad. Ya hubo alerta amarilla por vientos huracanados. Eso pasó como pasa todo y nadie lo recuerda.