July 18, 2017 11:47
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Economía de Equivalencias. El trabajo como ordenador de la vida y las haciendas de los argentinos. El capital en función social. Si la Constitución Nacional de 1949 exigía que el capital debía existir en función social, no nos podemos achicar en esta Argentina del Siglo XXI. El sufrimiento de nuestro pueblo exige de los más altos ideales, del debate y del trabajo programático. Vamos por todo, que el precio es el mismo. Nuestro objetivo final en este tema es la destrucción de la plaza financiera. La nacionalización de los depósitos, la nacionalización de la banca, el Peso Argentino Inconvertible, son pasos en una cadena de acontecimientos que persiguen la subordinación total del capital al trabajo. Su inversión y acumulación en función social. La Economía de Equivalencias crea un sistema de referencia propio, más parecido al presupuesto en días (horas de trabajo) de un albañil, las horas de mecanizado en una tornería, la hora de peluquería o la hora de consulta del médico. Cuantifica el sufrimiento humano que provoca la desocupación y el trabajo en negro y crea aranceles de importación en balanzas compensadas de horas de trabajo humano. Es Bíblica, hasta el buey que trilla es digno de su salario. Cumple con el Pachakuti peronista: donde hay una necesidad hay un derecho, pero también, cada quien debe producir por lo menos lo que consume. Read more
Economía de Equivalencias. El trabajo como ordenador de la vida y las haciendas de los argentinos. El capital en función social. Si la Constitución Nacional de 1949 exigía que el capital debía existir en función social, no nos podemos achicar en esta Argentina del Siglo XXI. El sufrimiento de nuestro pueblo exige de los más altos ideales, del debate y del trabajo programático. Vamos por todo, que el precio es el mismo. Nuestro objetivo final en este tema es la destrucción de la plaza financiera. La nacionalización de los depósitos, la nacionalización de la banca, el Peso Argentino Inconvertible, son pasos en una cadena de acontecimientos que persiguen la subordinación total del capital al trabajo. Su inversión y acumulación en función social. La Economía de Equivalencias crea un sistema de referencia propio, más parecido al presupuesto en días (horas de trabajo) de un albañil, las horas de mecanizado en una tornería, la hora de peluquería o la hora de consulta del médico. Cuantifica el sufrimiento humano que provoca la desocupación y el trabajo en negro y crea aranceles de importación en balanzas compensadas de horas de trabajo humano. Es Bíblica, hasta el buey que trilla es digno de su salario. Cumple con el Pachakuti peronista: donde hay una necesidad hay un derecho, pero también, cada quien debe producir por lo menos lo que consume.