Martin Ayerbe AM740 Hamartia. Patrulleros Oceánicos Multiproposito y sobrepesca en el Atlántico Sur.

La construcción de estos buques en el Astillero Río Santiago se ha convertido en un punto de inflexión a partir del cual Argentina recupera su soberanía industrial o se somete, una vez más, a la geopolítica imperialista. Veamos entonces la sobrepesca como una de las causales del proyecto. Desde el ’85 en adelante, el aumento de la cantidad capturada en nuestro Mar Argentino, crece de forma desmesurada y depredatoria. Irresponsablemente, flotas que han destruido sus caladeros de origen (mares de Europa, del Japón, de la costa occidental de África, etc. etc.) hacen miles de millas marinas para llegar a nuestro litoral marítimo. Pero la sobrepesca es tan brutal que compensa todo costo, por extraordinario que este sea. Veamos como crecía esta destrucción de la biomasa en el Mar Territorial Argentino. 1985: 294.000 toneladas. 1986: 375.000 tn. 1987: 450.000 tn. 1988: 482.000 tn. 1989: 475.000 tn. 1990: 545.000 tn. 1991: 630.000 tn. 1992: 692.000 tn. 1993: 920.000 tn. 1994: 939.000 tn. 1995: 1.144.000 tn. 1996: 1.238.000 tn. 1997: 1.341.000 tn. #1. Situación vigente sin los POM: Pesca legal (1.341.000 tn) + Pesca ilegal (1.341.000 tn) = Total pescado (2.681.000 tn), del cual solamente la mitad paga impuestos. #2. Situación futura con los POM: Pesca legal = Total pescado (2.011.500 tn), y todo paga impuestos. #3. Saldo: La captura total disminuye en 669.500 tn, y los impuestos crecen en igual magnitud. La sobrepesca, aún en el caso de los legales, de la mano de las licencias irrestrictas, era cada vez mayor (un 13% por sobre lo permitido en el ’93, un 14% en el ’94, un 47% en el 95, un 50% en el ’96, un 48% en el ’97, un 58% en el ’98) y, en el caso de los ilegales, inconmensurable. Además, como ya explicamos en otros documentos, la desocupación de los períodos de veda y el sobretrabajo a destajo que producen los ejemplares por debajo del tamaño legal, nos llegaba por boca del reclamo social de sus víctimas: las compañeras fileteras, los marineros embarcados y el resto de los trabajadores de las pesqueras que, de la mano de sus necesidades básicas, eran tropa de maniobra de las empresas. Involuntariamente enrolados al servicio del capital concentrado, hacían las veces de vanguardia de choque, en contra de las regulaciones que defendían el recurso del cual viven ellos mismos. Así fue que tomamos los POM como algo propio. Con la cabeza y desde el trabajo. Pero también desde la piel y con el corazón. Es una manera nuestra de defender al Pueblo, que sufre, y a la Patria, que es lastimada. Read more

La construcción de estos buques en el Astillero Río Santiago se ha convertido en un punto de inflexión a partir del cual Argentina recupera su soberanía industrial o se somete, una vez más, a la geopolítica imperialista. Veamos entonces la sobrepesca como una de las causales del proyecto. Desde el ’85 en adelante, el aumento de la cantidad capturada en nuestro Mar Argentino, crece de forma desmesurada y depredatoria. Irresponsablemente, flotas que han destruido sus caladeros de origen (mares de Europa, del Japón, de la costa occidental de África, etc. etc.) hacen miles de millas marinas para llegar a nuestro litoral marítimo. Pero la sobrepesca es tan brutal que compensa todo costo, por extraordinario que este sea. Veamos como crecía esta destrucción de la biomasa en el Mar Territorial Argentino. 1985: 294.000 toneladas. 1986: 375.000 tn. 1987: 450.000 tn. 1988: 482.000 tn. 1989: 475.000 tn. 1990: 545.000 tn. 1991: 630.000 tn. 1992: 692.000 tn. 1993: 920.000 tn. 1994: 939.000 tn. 1995: 1.144.000 tn. 1996: 1.238.000 tn. 1997: 1.341.000 tn. #1. Situación vigente sin los POM: Pesca legal (1.341.000 tn) + Pesca ilegal (1.341.000 tn) = Total pescado (2.681.000 tn), del cual solamente la mitad paga impuestos. #2. Situación futura con los POM: Pesca legal = Total pescado (2.011.500 tn), y todo paga impuestos. #3. Saldo: La captura total disminuye en 669.500 tn, y los impuestos crecen en igual magnitud. La sobrepesca, aún en el caso de los legales, de la mano de las licencias irrestrictas, era cada vez mayor (un 13% por sobre lo permitido en el ’93, un 14% en el ’94, un 47% en el 95, un 50% en el ’96, un 48% en el ’97, un 58% en el ’98) y, en el caso de los ilegales, inconmensurable. Además, como ya explicamos en otros documentos, la desocupación de los períodos de veda y el sobretrabajo a destajo que producen los ejemplares por debajo del tamaño legal, nos llegaba por boca del reclamo social de sus víctimas: las compañeras fileteras, los marineros embarcados y el resto de los trabajadores de las pesqueras que, de la mano de sus necesidades básicas, eran tropa de maniobra de las empresas. Involuntariamente enrolados al servicio del capital concentrado, hacían las veces de vanguardia de choque, en contra de las regulaciones que defendían el recurso del cual viven ellos mismos. Así fue que tomamos los POM como algo propio. Con la cabeza y desde el trabajo. Pero también desde la piel y con el corazón. Es una manera nuestra de defender al Pueblo, que sufre, y a la Patria, que es lastimada. Read less