May 14, 2020 12:27
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Para el Pueblo lo común es más sagrado que lo individual. El pan que se comparte, es más sabroso que el que se come a escondidas. Para muchos argentinos mejor es pensar o creer, que el dinero lo es todo... pero aunque tengan plata sienten angustia. Hoy que el azar de la vida se ha vuelto peligroso, de una chatura atroz, que a nadie conforma y a casi todos fastidia, ni los que están supuestamente bien logran sustraerse al malestar de la época. Porque, en lo profundo, la insatisfacción es espiritual. El absurdo, la angustia, la nada son un peligro. Ante el vacío existencial el Pueblo planta rebeldía. Porque de continuar en la apatía, el mundo no alcanzará para todos. El materialismo, es físicamente inviable. Nos estamos quedando sin planeta. Hay un límite al tiempo que tenemos asignado y si no lo usamos para liberarnos, lo usamos en complicidad de la extinción. Por eso los argentinos más temprano que tarde, tenemos la necesidad de hacer el bien, de vivir en concordia, de intentar algo trascendente. Ser nosotros mismos es el anhelo de nuestra alma. Quien despliega sus dones y los pone al servicio del bien común atraviesa la noche. Y frente a la desintegración de alma y vida que propone el imperialismo con la nada, aparece un proyecto de integración que es el proyecto de liberación nacional para conectar con la esencia. Se siente como el perfume de una flor antigua que nos transporta al futuro. Patria argentina y Pueblo trabajador son causas nobles y suficientes para consagrarse a ellas. Sagradas como una madre buena. Porque de sólo recordar los tenaces y desinteresados actos de amor de madre queremos que viva para siempre, “que nadie se atreva a tocarla” y el que intente joderla no sabrá a lo que se enfrenta porque es la ternura la que da la fuerza. Si acaso falta la vieja, si ya no está físicamente, entonces queremos encontrarla en el tiempo eterno, tomando unos mates y haciendo de la charla una verdadera clase de filosofía argentina bajo las hojas de la parra. Porque los argentinos hacemos filosofía entre pobres, con desfachatez, sin importar lo que digan los demás, sin imitar a nadie, aprendiendo más cosas que palabras, observando más la realidad que nuestros caprichos, conociéndonos con otros hermanos ahí donde la injusticia, las violencias y peligros, las enfermedades y la pobreza pisan más fuerte.Y así matando al ego y a la acumulación está creciendo el espíritu de liberación que es la esperanza de la Patria libre porque la defenderá con la vida hasta volverla eterna. Somos Social 21 La Tendencia. Read more
Para el Pueblo lo común es más sagrado que lo individual. El pan que se comparte, es más sabroso que el que se come a escondidas. Para muchos argentinos mejor es pensar o creer, que el dinero lo es todo... pero aunque tengan plata sienten angustia. Hoy que el azar de la vida se ha vuelto peligroso, de una chatura atroz, que a nadie conforma y a casi todos fastidia, ni los que están supuestamente bien logran sustraerse al malestar de la época. Porque, en lo profundo, la insatisfacción es espiritual. El absurdo, la angustia, la nada son un peligro. Ante el vacío existencial el Pueblo planta rebeldía. Porque de continuar en la apatía, el mundo no alcanzará para todos. El materialismo, es físicamente inviable. Nos estamos quedando sin planeta. Hay un límite al tiempo que tenemos asignado y si no lo usamos para liberarnos, lo usamos en complicidad de la extinción. Por eso los argentinos más temprano que tarde, tenemos la necesidad de hacer el bien, de vivir en concordia, de intentar algo trascendente. Ser nosotros mismos es el anhelo de nuestra alma. Quien despliega sus dones y los pone al servicio del bien común atraviesa la noche. Y frente a la desintegración de alma y vida que propone el imperialismo con la nada, aparece un proyecto de integración que es el proyecto de liberación nacional para conectar con la esencia. Se siente como el perfume de una flor antigua que nos transporta al futuro. Patria argentina y Pueblo trabajador son causas nobles y suficientes para consagrarse a ellas. Sagradas como una madre buena. Porque de sólo recordar los tenaces y desinteresados actos de amor de madre queremos que viva para siempre, “que nadie se atreva a tocarla” y el que intente joderla no sabrá a lo que se enfrenta porque es la ternura la que da la fuerza. Si acaso falta la vieja, si ya no está físicamente, entonces queremos encontrarla en el tiempo eterno, tomando unos mates y haciendo de la charla una verdadera clase de filosofía argentina bajo las hojas de la parra. Porque los argentinos hacemos filosofía entre pobres, con desfachatez, sin importar lo que digan los demás, sin imitar a nadie, aprendiendo más cosas que palabras, observando más la realidad que nuestros caprichos, conociéndonos con otros hermanos ahí donde la injusticia, las violencias y peligros, las enfermedades y la pobreza pisan más fuerte.Y así matando al ego y a la acumulación está creciendo el espíritu de liberación que es la esperanza de la Patria libre porque la defenderá con la vida hasta volverla eterna. Somos Social 21 La Tendencia.