#Editorial 05/09/2018 Pablo Ramos

Hasta el más efímero de los instantes tiene un pasado ilustre. La historia es un ejercicio humano, tedioso, minucioso, subjetivo, heroico. La historia es muy larga. Nunca se puede creer todo. Como nunca se puede escuchar todo. Para darte un ejemplo: Ponete a escuchar tu entorno natural. ¿Qué escuchás? Suenan hasta los animales que hemos sido antes de humanos. Suenan los pasos de las piedras y los vegetales y las cosas que cada humano ha sido. Y también lo que uno ha escuchado antes, todo eso suena. Dentro de uno mismo suena, en los recuerdos de lo que uno ha escuchado a lo largo de la vida, bailes, melodías, ritmos, mentiras y miedos y confesiones y alaridos de guerra y gemidos de amor. Voces agonizantes que una ha sido o que uno ha escuchado solamente. Historias ciertas, historias de mañana. Porque todo lo que uno va a escuchar, todo eso suena. La memoria es más, es mucho más. La memoria verídica conserva también lo que está por venir. Y hasta lo que nunca llegará. Eso también conserva. ¿quién va a poder oírlo todo? ¿quién va a poder oírlo todo, de una vez, y creerlo…?