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  1. Univ. Nacional Arturo Jauretche

    12/03/2019

    21:01

    "Hay algo que tenemos en común los lectores de novela negra con los apostadores de las carreras de caballos. Desde ya aclaro que no voy a hablarles de Dick Francis, el escritor que ubicaba sus historias de suspenso en el mundo del turf, sino de una situación un poco más abstracta. Porque eso que tenemos en común, es la búsqueda del dato. Aunque nunca estuve presente en una competencia hípica -tengo un desinterés absoluto por el mundo del juego, no me interesan los casinos, las máquinas tragamonedas, el poker y ni siquiera la lotería- sé que las personas que juegan a los caballos siempre andan a la caza de un dato, la fija, el nombre de un equino no muy conocido que seguramente será ganador de una carrera y que le dará al apostador importantes beneficios. De la misma manera, los lectores de novela negra siempre estamos buscando nuestro propio dato, el nombre de un autor o el título de un gran libro que desconocemos y que pueda ser fuente de satisfactorias horas de lectura. Me consta, por los mensajes que recibo en las páginas de Facebook y YouTube del programa, que muchas y muchos de ustedes encuentran esa fuente de información en "El dulce veneno de la novela negra" y esa situación me complace de sobremanera. Pero yo mismo estoy todo el tiempo a la caza de algún dato literario, a la manera de un burrero desesperado, no sólo por mi avidez por la lectura sino también por mi compromiso con ustedes, queridas y queridos oyentes. Les comento esto porque estoy terminado la lectura de la obra de una muy buena novelista cuya existencia desconocía hasta hace muy poco, pero que fue elogiada en las redes por un escritor que admiro, Guillermo Orsi. Su breve comentario despertó mi curiosidad, comencé a leer uno de los libros de esa escritora y me gustó mucho. Continué con otra de sus novelas, la primera de una serie, y me apasionó, por lo que seguí adelante con la lectura y ahora comparto con ustedes este dato, esta fija (espero que se escuche con claridad el entrecomillado) acerca de esa gran autora española que se llama Rosa Ribas." Gabriel Marcelo Wainstein

  2. Univ. Nacional Arturo Jauretche

    11/05/2019

    21:00

    "De alguna manera muy especial, los que amamos de novela negra somos personas muy afortunadas. Hay centenares o miles de escritores en el mundo que dedican sus mejores esfuerzos para entregarnos obras apasionantes que enriquecen nuestro tiempo de lectura, o sea que trabajan para hacer mejor nuestra vida. Al decir de Borges: "La lectura debe ser una de las formas de la felicidad, de modo que yo aconsejaría a esos posibles lectores de mi testamento —que no pienso escribir—, yo les aconsejaría que leyeran mucho, que no se dejaran asustar por la reputación de los autores, que sigan buscando una felicidad personal, un goce personal. Es el único modo de leer.” De ese goce personal se trata, pero éste se acrecienta cuando tenemos oportunidad de encontrarnos con las obras de un autor talentoso, que además es de nuestro país, que se mantiene en actividad y que continúa trabajando para sorprendernos con nuevos libros. Esta reflexión viene a cuento porque este capítulo de "El dulce veneno de la novela negra" está dedicado a un escritor sobre el que ya les conté en un programa realizado hace dos años. Desde entonces, tuve oportunidad de leer una nueva novela suya y un libro anterior a los dos que había compartido con ustedes. Por eso, queridas y queridos oyentes, este capítulo 94 de "El dulce veneno de la novela negra" es continuación del capítulo 43, y está dedicado a Eduardo Goldman y sus libros "Como pero que aúlla en la oscuridad" y "El último chiste del gran Jacobi"." Gabriel Marcelo Wainstein

  3. Univ. Nacional Arturo Jauretche

    10/29/2019

    21:03

    En mis exploraciones por los territorios literario - geográficos que abarca la literatura policial, hace rato que intento conocer la novela negra irlandesa, pero hasta hace muy poco mis esfuerzos no fueron fructíferos. Si bien hay un enorme cultor del género de ese origen, el gran John Connolly, me cuesta definir lo suyo como policial irlandés porque, aunque este novelista pone de relieve sus raíces culturales asentadas en las tradiciones de la verde Erín, sus narraciones transcurren en los Estados Unidos. En varias ocasiones, Connolly aclaró que prefiere no abordar en su obra temáticas relacionadas con la realidad de su país natal. Más allá de Connolly, cada tanto me tropiezo con alguna novela policial de un autor de ese origen y me ilusiono. ¿Será éste el gran escritor irlandés del género?, me pregunto. Sistemáticamente me he visto decepcionado, pero no abandono la idea de de que un país que tiene una realidad y una historia tan rica y compleja, con expresiones culturales más que interesantes en otros campos, también tiene que tener algún escritor de literatura policial realista interesante. Recientemente, estaba planificando los próximos programas cuando pasó por mi cabeza un recuerdo difuso acerca de un libro que leí hace varios años y que, en su momento me había agradado. Al releerlo descubrí dos cosas: la primera, que me había gustado porque era una novela original e interesante; la segunda: el autor era irlandés. Me propuse entonces conseguir más libros de este escritor para dedicarle un programa y tuve la fortuna de encontrarme con una voz diferente dentro del universo de la literatura policial. Entonces, este programa de hoy está dedicado a Ken Bruen y sus novelas Maderos, La matanza de los gitanos, El dramaturgo, El gran arresto, El Alien y London Boulevard. Gabriel Marcelo Wainstein

  4. Univ. Nacional Arturo Jauretche

    09/24/2019

    21:03

    "Según el diccionario de la Real Academia Española, un prejuicio es, en su segunda acepción, una "opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal". La cita viene al caso, pues justamente les voy a hablar acerca de una de mis opiniones previas, tenaces y desfavorables que reza: "No me gustan las novelas policiales inglesas". En mi caso, es una convicción bastante consolidada que se sustenta en el hecho de que la mayor parte de los libros de ese origen que que tuve oportunidad de leer se enmarcan en el policial de enigma, o tienen que ver con asesinos seriales, y abundan en mutilaciones, exhibición de vísceras y derramamientos de sangre, cuando no en detalladas autopsias, como si los escritores no pudieran escapar a la terrible sombra de Jack el Destripador. Fórmulas que se repiten hasta la náusea para construir productos literarios que no enriquecen el género, para decirlo con suavidad. Sin embargo, esta actitud mía no puede ser otra cosa que un prejuicio, porque si bien muchas de las narraciones de ese origen me disgustan, la literatura es una creación eminentemente personal, y no puede haber una regla tan estricta que genere de mi parteque estigmatice a todos los escritores ingleses. Digo claramente ingleses y no británicos porque hay muchos autores escoceses entre mis preferidos. Pero volviendo al prejuicio, cada tanto encuentro algún autor inglés que pone en cuestión mi convicción desfavorable, y lo agradezco. Hoy voy a compartir con ustedes, queridas y queridos oyentes, algunas páginas y reflexiones acerca de un muy buen cultor del género, del que tuve la oportunidad de leer tres novelas muy dinámicas y contundentes, que se enmarcan sin lugar a dudas en la llamada literatura criminal. No me extiendo más en esta introducción, sólo les cuento que el escritor es Ted Lewis y sus novelas se titulan "Carter," "La ley de Carter" y "No sólo morir." Gabriel Marcelo Wainstein

  5. Univ. Nacional Arturo Jauretche

    09/17/2019

    21:00

    "Hacer este programa de radio es para mí un enorme placer que requiere muchas horas de trabajo. Semana tras semana se me presenta un desafío: ¿qué voy a compartir el martes que viene con las queridas y los queridos oyentes? Tengo en mi cabeza muchos libros y autores de los que querría hablar, pero no en todos los casos es posible. A veces, por ejemplo, leo un único libro de un escritor y quiero compartirlo inmediatamente con ustedes. Sin embargo, me doy cuenta que con ese único texto no alcanza para sostener un programa de una hora, tengo que conseguir más obras de ese autor y leerlas, o encontrar un a manera de hacer un capítulo con dos autores buscando la forma de que el capítulo se estructure de manera correcta. Hay muchos libros que tengo reservados como pendientes. Sé que en algún momento serán parte de este programa. Hay un escritor del que hace tiempo quiero contarles y que estaba en esa situación que les describo. Había leído una novela relativamente breve que me había gustado mucho, otra que no me parecía que estuviera a la altura de la primera, y sentía que necesitaba leer alguna más para dedicarle un capítulo. Cuando escribo esto es viernes, acaba de caer en mis manos ese libro que me faltaba y, aunque aún no lo leí, decidí arriesgarme a hacer un programa sobre ese escritor ya que estoy seguro de que esta novela que tengo en mis manos me va a gustar mucho, ya que es la continuación de una serie que se iniciaba en aquella primera que había leído. Es un riesgo. ¿Qué pasaría si este libro no es tan interesante como espero que sea? Esta intriga estará resuelta el lunes, cuando haya terminado de leerlo y continúe escribiendo. Pero para no prolongar esta introducción, les cuento que el escritor del que les estoy hablando es Joe Richard Lansdale, esa primera novela se llamaba "Una temporada salvaje" y la que tengo en mis manos es "El árbol de las botellas." Gabriel Marcelo Wainstein