Martin Ayerbe AM740 Hamartia. El Corazón de la Bestia en Siria.

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April 17, 2018, 11:47 a.m.

Duration: 16:34

Poco y nada han contribuido los intelectuales a la comprensión de la ideología de los Estados Unidos de Norteamérica. Absortos en su microclima de papers y logros académicos. Se han constituido en casta, han dejado de ser orgánicos de la clase trabajadora. No sirven para una mierda. Por eso creamos Las Cátedras Bárbaras. Porque cuando nos niegan las herramientas que necesitamos, aun cuando estas sean de índole intelectual, tenemos que fabricárnoslas. De la misma forma que cuando damos forma a un hierro en la fragua o tallamos una madera. Con el mismo sentido práctico y la misma determinación. Para entrarle a sangre y fuego al imperialismo, que tantos compañeros mató. Para nosotros, los trabajadores, que hemos perdido 30.000 compañeros argentinos a manos de estos hijos de puta, es importante saber cuál es la ideología del monstruo, su verdadero pensamiento, el que le mueve los pies. No las paparruchas que tanto entretienen a los intelectuales. Solo la comprensión de la ideología de nuestro enemigo, hará que nuestro estado de alerta sea eficaz. Comprendiendo su real pensamiento, su diplomacia y su propaganda, ya no podrán engañarnos. No le creeremos ni un tantito así. Jamás volveremos a bajar la guardia, sabremos de antemano la mierda de país que son. Tendremos siempre presente el ínfimo peso de su democracia frente a lo industrial-militar. La mismísima Hillary Clinton, ante las airadas protestas de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por un avión militar yankee que pretendió meter drogas y armas ilegales en Argentina, confesó que era impotente ante la circunstancia. La muy cornuda denunció que por cada uno de sus diplomáticos el Pentágono tenía 5 militares en América Latina. El yo es una identidad débil en la industria, el nosotros prevalece. Casi nadie puede trabajar sin ayuda de los demás. Y eso, el producto industrial, es el resultado del sujeto colectivo que se obtiene de unir el yo con los otros. Tal vez por este hecho, ese protoperonista judío alemán llamado Carlos Marx predijo al trabajador industrial como el sujeto histórico que nos llevaría, inexorablemente, al socialismo. Predicción que no se cumplió (por ahora), pero que en Argentina crea las más profundas significancias: “Para nosotros existe una sola clase de hombres, los que trabajan” (Perón), y también “La Patria es el otro” (Cristina). Significancias sociales contrarias al individualismo capitalista. Por eso el capitalismo nos mata. Porque privilegia la propiedad privada por sobre nuestras vidas. Para él, para sí mismo, los demás, los otros, nosotros, somos meros instrumentos de su ambición insaciable. Simples cosas que figuramos en su inventario junto a otros objetos. Poco y nada valemos si no puede utilizarnos en su insensata, salvaje acumulación. Y, si lo enfrentamos, nos condena a muerte sin la más mínima culpa. Todo para él se reduce a una ecuación costo-beneficio. Así se embarca o se retira de las guerras: por asqueroso cálculo.

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