May 13, 2019 09:40
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Córdoba va. Casi como una locomotora con vía propia va haciendo un camino propio. Chiquito pero propio. Y, fundamentalmente, chiquito pero importante para un país tan poco federalista. Córdoba va. Nuevamente como la protagonista de la historia. En las buenas y en las malas. Con un Cordobazo asestado en la cabeza de la dictadura de Onganía pero también paridora de un Menéndez, quizás uno de los más oscuros integrantes de la última dictadura militar. Córdoba va. Y hace emerger líderes que a veces se mantienen a la sombra pero que, en la mayoría de las oportunidades, en realidad se decian a su provincia como si ésta fuera un pequeño país. Ayer, las urnas marcaron contundencia en el resultado. Algunos pueden desdeñar el escrutinio diciendo que fue un resultado a lo Formosa o a lo Santiago del Estero. Otros, pueden decir que el desgaste nacional erosionó la paciencia de los cordobeses y algunos podrán indicar que la división del oficialismo y las arremetidas de Carrió y otros "ezxtranjeros" terminaron volcando la balanza. Lo cierto es que ayer Córdoba fue a las urnas y dejó un grito de cordobazo en el cielo. Read more
Córdoba va. Casi como una locomotora con vía propia va haciendo un camino propio. Chiquito pero propio. Y, fundamentalmente, chiquito pero importante para un país tan poco federalista. Córdoba va. Nuevamente como la protagonista de la historia. En las buenas y en las malas. Con un Cordobazo asestado en la cabeza de la dictadura de Onganía pero también paridora de un Menéndez, quizás uno de los más oscuros integrantes de la última dictadura militar. Córdoba va. Y hace emerger líderes que a veces se mantienen a la sombra pero que, en la mayoría de las oportunidades, en realidad se decian a su provincia como si ésta fuera un pequeño país. Ayer, las urnas marcaron contundencia en el resultado. Algunos pueden desdeñar el escrutinio diciendo que fue un resultado a lo Formosa o a lo Santiago del Estero. Otros, pueden decir que el desgaste nacional erosionó la paciencia de los cordobeses y algunos podrán indicar que la división del oficialismo y las arremetidas de Carrió y otros "ezxtranjeros" terminaron volcando la balanza. Lo cierto es que ayer Córdoba fue a las urnas y dejó un grito de cordobazo en el cielo.